¡Qué diferente es conocer a alguien, conociendo su historia! Cuando nos escuchamos, conocemos de dónde venimos, y hasta reconocemos parte de nuestra historia en la historia del otro, hay un puente invisible que se crea. 

Tengo la suerte de conocer historias de chicos de India, de Argentina, de Uruguay, de Chile, de Perú, de España… y lo más lindo es cuando esas historias son compartidas, se entrelazan, ¡viajan! Y l@s chic@s de allá escuchan las historias de acá y nos cuentan que hay historias que no conocen las fronteras, donde nos podemos encontrar. Por eso Alumnit@s me conquistó desde el primer día. 

Una Oportunidad para que l@s chic@s del monte, de la ciudad, de la selva, de la montaña, de la pampa, de aquella escuela a la que sólo se llega a pie y la que está en plena capital, se reúnen a escuchar, investigar, recordar las historias de aquellos que los precedieron. Y hacerlas presentes. 

Me imagino en un aula, el grupo de chic@s debatiendo, compartiendo lo que les contaron sus abuelos, al maestro reconociéndose en algunas de esas historias, alguno sorprendido de lo que le pasó al tío del amigo, y entre todos, encontrar la historia que más los representa y rescatar la enseñanza en eso. Y el desafío de llevarla al papel y en equipo.

Y eso es el inicio del viaje… que continúa con esas historias llegando a cada escuela del país, y ¿por qué no?, ¡del mundo!, por la TV y en formato de libro, donde los autores serán también lectores, conociendo la riqueza de nuestra tierra contada desde voces y colores diferentes ¡Y que a la vez, el viaje de contar esas historias, es en sí mismo una nueva hoja del libro siguiente!

Delfina.

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